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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Pecho femenino, hormonas y cambios de volumen


¿Cómo afectan el embarazo y la lactancia al estado de tus pechos? te proponemos una serie de consejos para prevenir consecuencias indeseadas, señalando por supuesto la importancia de un buen sujetador!

Las mamas son los órganos del cuerpo que más cambios sufren a lo largo de la vida de la mujer. Las alteraciones hormonales y sobre todo los periodos de embarazo y lactancia tienen sus consecuencias en su mantenimiento.



El embarazo

Aumentan considerablemente de tamaño durante la gestación, sobretodo en el primer trimestre. Esto es debido a que el tejido mamario se desarrolla y se ramifica, preparándose así para la futura lactancia.

La lactancia

Durante la lactancia existe un incremento de tamaño de la mama debido a que ésta empieza a segregar leche. Los primeros días, habitualmente unos 3 o 4 días, la mama segrega calostro, muy rico en inmunoglobulinas (defensas contra las infecciones), y además se hidrata mucho dando una sensación de hinchazón que culmina con la subida de la leche. Ésta a menudo es dolorosa. A partir de este momento ya se produce leche como tal y será la succión del bebé la que favorecerá el vaciado de las mamas y al mismo tiempo estimulará la producción. La mama entonces aumenta y disminuye en función de la subida y la succión”.

Consecuencias

Estos cambios de volumen pueden favorecer la aparición de estrías en las mamas. Es muy importante mantener la piel de bien hidratada para que este efecto se note lo menos posible. También es esencial utilizar sujetadores adecuados que mantengan la estática y que eviten estiramientos y lesiones de los tejidos. Pero ojo: aún así, los senos puedan queda estropeados para siempre. Depende de la consistencia previa de las mamas. Al principio suele quedar más caída y más laxa debido a la gran distensión que ha sufrido la piel. El tiempo de recuperación es variable así como el hecho de que el proceso sea total o parcial. No sólo las mamas se agrandan. También lo hace el pezón, que además se pigmenta durante el embarazo y la lactancia así como las pequeñas glándulas que lubrican el pezón, los granitos que podemos ver en la areola (glándulas de Montgomery). Tras la lactancia, el pezón recupera su tamaño inicial y también su color. Al igual que con la piel, la hidratación es fundamental, así como la higiene para evitar la aparición de grietas que a su vez pueden favorecer la aparición de infecciones.

Prevención

¿Qué ejercicios se recomiendan? Son buenos todos aquellos que refuercen el músculo pectoral y los de expresión de la cara –especialmente el platisma– , que van a favorecer de forma indirecta la recuperación de la flacidez. Hay que tener en cuenta sin embargo que la mama no tiene músculo, por tanto el efecto será siempre menor de lo esperado.

Los tratamientos tópicos mediante cremas antiestrías e hidratantes van a ser importantes en cada fase. También es muy oportuno reforzar la musculatura de la espalda, especialmente de la zona cervical, así como los dorsales y el hombro; de ésta manera se protege el cuerpo del incremento de peso que debe soportar la columna vertebral.

El sujetador de maternidad: embarazo y lactancia

El uso de un sujetador apropiado durante todo el periodo que abarca desde el comienzo del embarazo hasta el final de la lactancia es fundamental para prevenir consecuencias indeseadas, no sólo estéticas sino que pueden afectar gravemente a la salud de la mujer en todos los sentidos: el estado hidratado de la piel, la postura corporal adecuada y el mantenimiento del busto y el tono muscular pueden lograrse mediante la utilización de un sostén que cumpla las siguientes características:

Debe estar confeccionado con tejidos naturales, principalmente algodón y disponer de un sistema de sujeción adecuado, mediante un soporte suficiente en el nivel del contorno de tórax y unos tirantes anchos y adaptables, de tejido elástico y que puedan ajustarse; preferiblemente, el sostén ideal estará confeccionado sin aros. Sobre todo en el periodo de lactancia, el sujetador que utilices debe disponer de un cierre frontal y una apertura especial para lactancia. No te olvides de cuidar tu corsetería y lencería siempre y sobre todo en este periodo: cámbiate varias veces al día si fuera necesario: la higiene es fundamental. Debido a las continuas fluctuaciones de peso y volumen, comprueba continuamente que estás utilizando la talla adecuada, no lo dudes y recurre al asesoramiento especializado!

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